
The Visitor. 2007, Thomas McCarthy

Séraphine. 2008, Martin Provost

Amor eterno. "Eternal love" 1929, Ernst Lubitsch

Que Lubitsch fue un maestro lo demuestran películas como ésta. Rodada en las postrimerías del cine mudo, "Amor eterno" es un prodigio de realización al servicio de un guión poderoso y de una puesta en escena llena de imaginación y talento. La contundencia de las imágenes y una fotografía muy matizada, obra de Oliver T. Marsh y Charles Rosher, dotan a este film de una plasticidad fuera de lo común, convirtiendo la pantalla en un lienzo. Las interpretaciones de los actores, con el gran John Barrymore a la cabeza, son ajustadas y precisas, sin el exceso de la pantomima habitual por entonces. La cámara de Lubitsch recorre los decorados y los rostros de forma ágil, enérgica, y sabe captar el erotismo del relato mediante las sugerencias que formarían parte de su famoso toque. "Amor eterno" supone una muestra de lo lejos que llegó el cine mudo gracias a autores como Ernst Lubitsch. Cine con mayúsculas.
A continuación, una muestra de la extensa filmografía de John Barrymore, una de las grandes estrellas del Hollywood dorado.
Danzad, danzad malditos. "They shoot horses, don´t they?" 1969, Sydney Pollack

Sería muy difícil hacer una mala película con esta historia. La fuerza dramática de la situación que describe, lo extremo de los personajes, el juego de analogías y de metáforas como forma de crítica es de tal calado, que el reto del film era mantener las expectativas creadas desde el propio planteamiento de la trama. Expectativas que se ven cumplidas y superadas en un verdadero tour de force argumental que concluye con un desenlace sorprendente y fatalista. "Danzad, danzad malditos" es concisa y cruel, lo que la hace fascinante. Los actores se entregan con esfuerzo y la cámara de Sydney Pollack los retrata en su descenso a los infiernos de forma ágil, elegante y despiadada. Una obra difícil de olvidar, un ejercicio atrevido y desgarrador que ayudó a hacer el cine de aquella época diferente y apasionado.