VOLVERÉIS. 2024, Jonás Trueba

En tiempos en los que predominan la inmediatez y el cinismo, parece casi un acto revolucionario estrenar una película como Volveréis. Jonás Trueba recrea en los escenarios urbanos de Madrid el espíritu de aquellas comedias sofisticadas de Hollywood de los años 30 y 40 denominadas remarriage que consistían, a grandes rasgos, en la reconciliación de una pareja que encontraba motivos para separarse, pero no los suficientes para seguir viviendo el uno sin el otro (La pícara puritana, La costilla de Adán, Historias de Filadelfia). El guion escrito al alimón por el director y los dos actores principales, Itsaso Arana y Vito Sanz, gira en torno a la idea de que "las personas deberían celebrar cuando se separan, más que cuando deciden estar juntas". Una frase que proviene de Fernando Trueba, padre de Jonás, quien debuta como actor interpretando al padre de Arana... y es que Volveréis propone un juego de espejos entre la realidad y la ficción, a la vez que introduce una película dentro de otra, puesto que el oficio de la protagonista es el de directora y el material que está montando es la propia historia de su crisis sentimental.

Al principio, esta dislocación narrativa se contempla con extrañeza, hasta que el espectador la asume con naturalidad y se convierte en el gran hallazgo del film. No es el único. También hay un tono muy bien equilibrado entre el humor y el drama, personajes que rebosan humanidad, diálogos construidos con inteligencia y una puesta en escena que favorece el desarrollo de cada situación, mediante planos largos y movimientos sencillos que describen lo que está pasando sin manierismos, al estilo de Woody Allen. Por contra, hay recursos igual de eficaces que sí explicitan el artefacto cinematográfico, como la pantalla partida o el jump cut (atención al que muestra las diferentes reacciones del personaje de Fernando Trueba en primer plano). Además de Allen, hay alusiones a Bergman, Truffaut y otros nombres del pensamiento como Kierkegaard o Stanley Cavell. Trueba incluye en el metraje algunas referencias directas y otras muchas veladas, reconociendo las fuentes que le inspiran y compartiéndolas con el público, en un ejercicio de retroalimentación que hace que el visionado resulte muy estimulante.

Sin embargo, ninguna de estas menciones agrava el peso del conjunto, que tiene la virtud de la ligereza. Volveréis es divertida sin dejar de ofrecer reflexiones, es entretenida sin acelerar el ritmo más de lo necesario, y posee una envoltura visual que vuelve a contar con la fotografía de Santiago Racaj, capaz de capturar la luz cambiante de la ciudad en el final del verano. Jonás Trueba repite con colaboradores habituales como Marta Velasco en el montaje, Miguel Ángel Rebollo en la dirección artística y actores como Francesco Carril, dentro de un reparto sólido y armonizado. En suma, la familia de Los Ilusos Films al completo, en la que probablemente sea la película más redonda y compacta de las creadas hasta la fecha por esta pequeña productora que supone una fabulosa rareza en el panorama español.