Apenas un lustro después, el documentalista Kenneth Bowser produce, escribe y dirige para la cadena británica BBC una adaptación homónima del original de Biskind. Se trata de una síntesis de las quinientas páginas del texto de partida, que Bowser resume en menos de dos horas conservando las virtudes y los defectos de su referente. El resultado es un documental que se ve con interés gracias al ritmo que imprime el montaje y al abundante material de archivo (fotografías, escenas de películas, grabaciones caseras y de rodaje). Hay un hilo narrativo que conduce la voz del actor William H. Macy y el testimonio de ciertos protagonistas que vivieron aquella época: Peter Bogdanovich, Dennis Hopper, Paul Schrader, Richard Dreyfuss... Sin embargo, Bowser no consigue convocar a algunos de los nombres principales que siguen en activo (Scorsese, Coppola, Spielberg, Lucas) y recurre a entrevistas grabadas por otros medios para completar la polifonía del discurso. La disconformidad con Biskind que sentían los aludidos termina pesando sobre el conjunto, al que se le puede achacar cierta falta de rigor en las informaciones que presenta, no porque sean falsas sino porque en ocasiones aparecen incompletas o contaminadas por la opinión... lo cual no es malo, siempre y cuando se muestren todos los puntos de vista y exista la posibilidad de replicar los argumentos que se exponen. En lugar de eso, Easy Riders, Raging Bulls opta por buscar la lectura más impactante de los hechos y construir un relato en el que manda el exceso. Una decisión que hace que la película sea divertida y emocionante, pero cuya credibilidad queda en entredicho.
EASY RIDERS, RAGING BULLS. 2003, Kenneth Bowser
En 1998, el periodista cinematográfico Peter Biskind publica Moteros tranquilos, toros salvajes, libro que narra el surgimiento y desarrollo del denominado nuevo Hollywood. Es decir: la camada de directores y productores que en los años setenta se colaron en la industria aprovechando las grietas abiertas por el declive del sistema de estudios, y experimentaron un modelo de hacer cine que priorizaba la visión del autor y la elección de temas controvertidos. Dentro de esta corriente militaron figuras hoy reconocidas como Scorsese, Coppola, Friedkin, Spielberg, Lucas... muchos de ellos no quedaron satisfechos con el retrato que ofrecía Biskind. Acusaban al escritor de recrearse en anécdotas personales que no contrastaba demasiado y en explotar los aspectos sensacionalistas de la historia, algo que se podía intuir leyendo el subtítulo del libro: "Cómo la generación del sexo, drogas y rock'n roll salvó Hollywood".