In the loop. 2009, Armando Iannucci

La sátira es un género de larga tradición que, bien hecho, resulta muy efectivo. Sin embargo, tiene el riesgo de estar siempre bordeando los límites del exceso, por lo que una sátira que no encuentra su justa medida quedará irremediablemente herida y carente de credibilidad. "In the loop" camina en todo momento sobre ese alambre sin llegar nunca a caer, y eso es lo mejor que se puede decir de esta comedia tan inteligente como cargada de veneno. Los estereotipos están bien definidos y el ritmo, frenético, no llega a decaer. El resto lo completan unos actores entregados que son parte activa y creativa del guión. La realización del debutante Armando Iannucci se emplea en capturarlos dentro del encuadre y en permitir que la trama se desarrolle con coherencia en medio de la multiplicidad de personajes y escenarios. "In the loop" supone un nuevo eslabón en el poco explotado cine político que es capaz de reflejar, con humor y garra, a esa fauna extraña y reconocible que son los gobernantes.

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La cinta blanca. "Das weisse band" 2009, Michael Haneke

El cine de Michael Haneke se ha caracterizado siempre por su elegancia y frialdad, unas cualidades bajo las que discurren caudales de violencia soterrada y las aguas enfangadas de la naturaleza humana. El paradigma es "La cinta blanca". Resulta difícil encontrar en el cine actual una realización como la de esta película, evocadora y pictórica, precisa como el corte de un bisturí, rica en lecturas y al servicio, en cada uno de sus planos, de un guión portentoso que firma el propio Haneke en colaboración con Jean-Claude Carrière. En esta ocasión, el director convoca a los espíritus de Dreyer, Bergman y Tarkovski para hacer un trabajo profundamente personal y complejo, una obra envuelta en una sencillez que sólo se alcanza mediante la perfección: La fotografía en blanco y negro, llena de matices, es una exhibición de naturalismo. La banda sonora, compuesta exclusivamente por diálogos y por un cuidado diseño de sonido. La selección de actores y cada una de sus interpretaciones. La decoración y el vestuario de época, la dirección artística... Todos los elementos se conjugan para hipnotizar al espectador y conducirle hasta un final cruel y lúcido, desesperanzador, inevitable. Con "La cinta blanca", Michael Haneke no ha logrado sólo su mejor película, sino una de las más importantes de los últimos años.

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