I´m not there. 2007, Todd Haynes

La vida y la obra de Bob Dylan ofrecen el material perfecto para una biografía, pues contiene los elementos necesarios de un drama de profundidad: descubrimiento, rebeldía, amor, desamor, transformación, compromiso, redención y una larga lista de términos que se pierden en medio del misterio y la leyenda que el propio personaje se ha encargado de propagar a su alrededor, como una cortina de humo o un reguero de pistas falsas. Por eso hacía falta un director como Todd Haynes, amante de los retos, para adaptar a la pantalla el rico y basto universo de Dylan. Consciente de la multidimensionalidad del personaje y del carácter poliédrico que durante tantos años se ha dejado entrever, Haynes afronta la prueba huyendo del biopic al uso y elaborando una aproximación al más puro estilo Dylan: fecunda, abigarrada, intuitiva, provocadora y sin admitir nunca si de lo que se trata es de revelar una verdad o de sugerir una invención. Haynes recurre para ello a los métodos más arriesgados, forzando las expresiones narrativas por medio de la fragmentación de espacios y de tiempos, buscando la alegoría, y jugando también con las expresiones visuales al alternar distintos tratamientos estéticos que unas veces conviven en la pantalla y otras se enfrentan abiertamente. Aunque la vocación suicida de Haynes queda patente en lo que es el máximo reclamo de "I´m not there": la recreación de Bob Dylan por parte de una variedad de actores de diferente sexo, procedencia y color de piel, una prueba de la que sale bien parado y que convierte a esta película no sólo en un ejercicio peculiar sino en mucho más, en una obra fascinante que recupera el concepto de cine de autor con todas sus consecuencias. Esto significa que "I´m not there" hará las delicias de los admiradores de Dylan mientras que puede llevar hasta la irritación a los no conversos del genial artista.
A continuación, un interesante montaje que compara al Dylan real con una sus recreaciones en la película, la magnífica Cate Blanchett.

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Mi vecino Totoro. "Tonari no Totoro" 1988, Hayao Miyazaki

"Mi vecino Totoro" es un ejemplo -uno más- del talento de Hayao Miyazaki para la fabulación. La creatividad y la imaginería que este artista único despliega en sus trabajos le emparenta con otros autores de distintas disciplinas como los hermanos Grimm, Christian Andersen y, más directamente, con Lewis Carrol. De una naturaleza profundamente oriental, las películas de Miyazaki hablan de tú a tú con las grandes obras de estos autores, y tienen la misma capacidad intemporal y la misma virtud de seducir a públicos de todas las edades y latitudes sin hacer ninguna concesión. Hay un vaso comunicante entre las imágenes de Miyazaki y el subconsciente del espectador, y es, seguramente, el referido a la infancia. El director japonés sabe trasladar a la pantalla como pocos ese universo misterioso y reconocible de una forma natural, asombrosamente sencilla. Por eso sus historias, hasta las más fantásticas, tienen un fuerte componente naturalista. En unas más que en otras, conviven sin esfuerzo la fantasía y la realidad, el ensueño y lo cotidiano, de tal forma que ambos territorios se solapan y arrojan luz para crear cuentos tan maravillosos como "Mi vecino Totoro". Los espectadores libres de prejuicios disfrutarán con la experiencia liberríma de sus imágenes, y tendrán el privilegio de retornar a lugares que probablemente tenían olvidados. Del resto de público sólo cabe compadecerse.

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Aguas pantanosas. "Swamp water" 1941, Jean Renoir

Insólita película de Jean Renoir en la que el director francés demuestra su versatilidad para acometer toda clase de proyectos. Esta producción de Hollywood hunde sus raíces en un relato profundamente sureño, cuyos escenarios y personajes cobran protagonismo construyendo un drama vigoroso, lleno de garra y emoción. La narración avanza concisa, sin detenerse en nada que no haga progresar la acción y con un tono en el que Renoir sabe dosificar con inteligencia las informaciones para estar solamente un paso por delante de lo que sabe el espectador. Este juego dota de interés a la historia y saca el máximo partido de un reparto de pesos pesados donde brillan Walter Huston, Dana Andrews, Anne Baxter, Walter Brennan o Ward Bond. La fotografía de J. Peverell Marley extrae el mejor resultado de unos escenarios que son el eje central de "Aguas pantanosas" y que dotan a la película de un carácter especial y muy atractivo. El viejo maestro Jean Renoir demuestra por estos y otros motivos que su cámara no conocía fronteras ni limitaciones temáticas, el ejemplo de un talento en bruto cuyos ecos siguen reverberando hoy en día.
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