Tambores lejanos. "Distant drums" 1951, Raoul Walsh


Fabulosa película de aventuras que demuestra que Walsh fue, sobre todo, un gran narrador. Su capacidad para la épica y para la sublimación de sus personajes queda patente en "Tambores Lejanos", un compendio de las claves del género que gracias al binomio Raoul Walsh-Gary Cooper alcanzó sus cotas más altas. Cine de entretenimiento que logra trascender por la concisión del relato, y que se ve reforzado por la batuta prodigiosa de Max Steiner, una lección magistral de música cinematográfica. La habilidad de Walsh para extraer el máximo partido de los decorados y para convertir el desarrollo de la trama en un verdadero mecanismo de relojería hacen de esta película una obra imprescindible que se disfruta de principio a fin.



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Let´s get lost. 1988, Bruce Weber


Quien busque en esta película una biografía al uso o el retrato preciso del músico de jazz Chet Baker, quedará decepcionado. Porque "Let´s get lost" es, sobre todo, un ejercicio narrativo, una mirada personal al complejo universo de un artista singular. El fotógrafo Bruce Weber acompaña con su cámara el devenir de un moribundo, un músico que se encuentra milagrosamente vivo y este hecho impregna cada fotograma de una trascendencia subliminal, eludiendo el morbo o el dramatismo fácil. Weber sabe también esquivar las tentaciones de tantos otros documentales biográficos y no se limita a rendir pleitesía a su personaje, sino que muestra sus zonas de sombra sin emitir en ningún caso juicios de valor. Con un tratamiento visual a medio camino entre el documentalismo experimental y el reportaje de investigación, en un blanco y negro duro y hermoso, un montaje muy efectivo y un empleo de los temas musicales que no ilustra la narración, sino que la construye, esta película consigue caminar en un terreno difuso pero tremendamente atractivo: el juego combinado entre dos artistas de carácter, Chet Baker y Bruce Weber, en un diálogo sincero en el que media la lente de una cámara inquieta y muy inspirada. Lírica y seca, bella y triste, "Let´s get lost" logra atrapar un pedazo del espíritu del gran Chet Baker. Ahí radica su hazaña.

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