La cinta blanca. "Das weisse band" 2009, Michael Haneke

El cine de Michael Haneke se ha caracterizado siempre por su elegancia y frialdad, unas cualidades bajo las que discurren caudales de violencia soterrada y las aguas enfangadas de la naturaleza humana. El paradigma es "La cinta blanca". Resulta difícil encontrar en el cine actual una realización como la de esta película, evocadora y pictórica, precisa como el corte de un bisturí, rica en lecturas y al servicio, en cada uno de sus planos, de un guión portentoso que firma el propio Haneke en colaboración con Jean-Claude Carrière. En esta ocasión, el director convoca a los espíritus de Dreyer, Bergman y Tarkovski para hacer un trabajo profundamente personal y complejo, una obra envuelta en una sencillez que sólo se alcanza mediante la perfección: La fotografía en blanco y negro, llena de matices, es una exhibición de naturalismo. La banda sonora, compuesta exclusivamente por diálogos y por un cuidado diseño de sonido. La selección de actores y cada una de sus interpretaciones. La decoración y el vestuario de época, la dirección artística... Todos los elementos se conjugan para hipnotizar al espectador y conducirle hasta un final cruel y lúcido, desesperanzador, inevitable. Con "La cinta blanca", Michael Haneke no ha logrado sólo su mejor película, sino una de las más importantes de los últimos años.