Despedidas. "Okuribitu" 2008, Yojiro Takita

La capacidad que tiene el cine para derribar fronteras y para lograr que costumbres alejadas de las nuestras resulten en la pantalla cercanas y reconocibles, encuentra en “Despedidas” un ejemplo paradigmático. Esta producción japonesa se hizo, contra todo pronóstico, con el óscar a la mejor película en lengua no inglesa en la última edición de los premios, y esto se debe en gran parte a su sabia mezcla de géneros, tan del gusto de los académicos de Hollywood. Porque esta hermosa fábula tiene su acierto en saber adentrarse en diferentes terrenos sin detenerse en ninguno en concreto. El argumento transita de la comedia al drama haciendo que el director, Yojiro Takita, asuma más de un riesgo en los múltiples tonos que adopta la narración. La prudencia y la contención convierten a “Despedidas” en un bello ejercicio reflexivo, capaz de tratar frontalmente temas que la mayoría de las comedias suelen eludir: el abandono familiar, la incomunicación en la pareja y, sobre todo, la muerte y sus aledaños. Un guión bien estructurado y el eficaz trabajo de los actores hacen creíble la historia del joven integrante de una orquesta que, de la noche a la mañana, pierde su trabajo y se ve abocado a aceptar un oficio cargado de estigmas. La película sabe conjugar con inteligencia aspectos de la cultura oriental con el punto de vista occidental, lo que otorga a la trama un carácter universal y muy accesible. De esta manera, “Despedidas” cumple con sus objetivos propuestos y consigue superar la corrección, en gran parte, gracias a su valentía y originalidad.