La calle de la vergüenza. "Akasen chitai" 1956, Kenji Mizoguchi

El mismo año de su muerte, Kenji Mizoguchi rueda "La calle de la vergüenza", una película considerada pequeña dentro de su filmografía pero que contiene las señas de identidad de su autor: la fijación por los personajes femeninos, retratados con una sensibilidad que evita cualquier atisbo de maniqueísmo o condescendencia, el tema de la prostitución, erigido aquí como argumento mismo, y la preocupación por la realidad social e histórica en la cual se enmarca el relato. En esta ocasión, Mizoguchi narra el cotidiano devenir de las mujeres que trabajan en uno de los numerosos burdeles del barrio rojo de Tokio, en la época contemporánea al film. El maestro japonés esquiva cualquier tentación al tremendismo y no escarba en los aspectos más turbios de la situación, sino que sitúa su cámara frente a los personajes con atención y respeto limitándose a capturar realidades, una por cada mujer que vende su cuerpo, para dejar que sea el espectador el que juzgue y tome sus consideraciones. El ejemplar dominio de la puesta en escena de Mizoguchi queda patente en cada imagen de la película, a través de su característico estilo elegante y depurado de una escena/un plano. "La calle de la vergüenza" es un drama que trata de arrojar luz sobre un tema, el de la prostitución, cuyas sombras y contradicciones continúan proyectándose todavía hoy. El broche sencillo y perfecto a la carrera de un cineasta imprescindible, un autor que junto a Ozu y Kurosawa llevó el cine japonés a su época dorada.