Voces de muerte. "Sorry, wrong number" 1948, Anatole Litvak

En la figura de Anatole Litvak se congregan un director eficaz, un guionista inventivo y un productor puntilloso. En suma: un cineasta total. Aunque ya había rodado películas de género negro antes de su paso por la contienda, la experiencia que Litvak adquirió durante la 2ª Guerra Mundial realizando documentales de propaganda bélica tiñó su cine de espesura y de mayor complejidad. Prueba de ello es Voces de muerte.
Lo primero que llama la atención es el material del que surge la película, un texto escrito para la radio por Lucille Fletcher en el que se recrea el monólogo de una mujer en peligro. El personaje protagonista se expresa a través de una serie de llamadas telefónicas que narran la acción, al estilo de lo que sucede en La voz humana de Jean Cocteau. Para convertir este formato en una película, la propia Fletcher incorpora en el guión una cadena de flashbacks que rompen la estructura teatral añadiendo diferentes personajes. Litvak aprovecha este recurso con gran lucidez, haciendo de la narración el verdadero punto de interés del film. En efecto, en Voces de muerte alcanza la misma relevancia lo que se cuenta que el cómo se cuenta.
Litvak pone especial hincapié en la puesta en escena: decorados que definen a sus ocupantes, movimientos fluidos de cámara y de actores en el plano, fotografía expresiva, montaje dinámico, buen diseño de producción... todo a favor de construir una atmósfera que transmite tensión y que juega con las expectativas del público. Más que un ejercicio de estilo, Voces de muerte supone una verdadera celebración del cine. La película aprovecha muchas de las claves del género negro y las subvierte para crear una obra arriesgada y rupturista. Al igual que hizo Orson Welles en Ciudadano Kane (film que extiende aquí su influencia), Voces de muerte va desvelando su trama como una sucesión de cajas chinas, en la que cada escena oculta otra nueva en su interior que abre inesperadas opciones de desarrollo dramático.
El mérito no es solo de Fletcher y del director, sino también del acertado plantel de actores, con Barbara Stanwyck y Burt Lancaster a la cabeza. La pareja despliega su talento interpretativo y resuelve con convicción las dificultades de sus personajes, aunque en realidad Voces de muerte reparte el protagonismo entre un nutrido conjunto de actores que, de forma episódica, van diseminando sus apariciones a lo largo del metraje.
El director de fotografía Sol Polito y el compositor Franz Waxman dejan la impronta de su genio y terminan de redondear el conjunto de una película que, si bien cuenta con numerosas y evidentes virtudes, nunca ha gozado del reconocimiento que merece. Un error que debería ser subsanado cuanto antes.
A continuación, una breve retrospectiva con algunas de las bandas sonoras más destacadas de Waxman, entre las que se incluye Voces de muerte. Relájense y disfruten: