La mujer rubia. "La mujer sin cabeza" 2008, Lucrecia Martel

Con apenas tres películas, la cineasta argentina Lucrecia Martel se ha confirmado como una atenta retratista de los dobleces del alma humana. Su terreno natural son las aristas, y sus historias van completando un mosaico donde la vulnerabilidad de las personas y su atracción por la fatalidad son piezas clave. "La mujer rubia" esconde en sus imágenes todas estas señas y muchas más, que el personalísimo estilo de su autora nunca convierte en evidencia, sino más bien sugiere o insinúa, haciendo partícipe al espectador de cuanto sucede en la pantalla. Con un lenguaje visual fascinante y arriesgado, basado en el encuadre y en el desencuadre, y que juega en todo momento con la subjetividad del personaje protagonista, Martel nunca llega a completar su relato, sino que lo apunta mediante pinceladas cargadas de intencionalidad que establecen un diálogo a media voz con el público, testigo y cómplice de los avatares que se narran. La labor interpretativa de de María Onetto termina de redondear el conjunto, y hace que el infierno doméstico que retrata Martel resulte extraño y cotidiano al mismo tiempo, una habilidad de esta autora que se ha destacado por crear atmósferas y personajes al borde mismo del desastre. Argumentalmente, "La mujer rubia" podría ser considerada como una hija ilegítima de "Un cierto día" de Ermanno Olmi, filtrada por el carácter de una de las figuras más interesantes del reciente cine hispano.

A continuación, un interesante cortometraje documental con la firma de Lucrecia Martel.