Ríos y mareas. "Rivers and tides" 2001, Thomas Riedelsheimer

Documentar un proceso creativo puede ser casi tan apasionante como la obra documentada si se hace con tenacidad y talento. El director Thomas Riedelsheimer demuestra poseer las dos cosas al llevar a la pantalla el trabajo del escultor Andy Goldsworthy, un personaje singular y carismático que requería un buen observador detrás de la cámara para captar el sentido de sus proyectos. Esta identificación entre observador y observado, esta relación silenciosa y enriquecedora es el argumento del documental "Ríos y mareas", un ejercicio de belleza cargado de contenido. La lente de Riedelsheimer escudriña cada gesto del artista, sus glorias y sus derrotas, siempre atenta al instante decisivo y a la sorpresa. Resulta encomiable el esfuerzo llevado a cabo por los dos autores, y su reflejo se trasluce en la pantalla sin subrayados ni aspavientos, con la lucidez y la serenidad del espectador que participa del objeto mirado. "Ríos y mareas" contiene un discurso complejo y hermoso, expuesto con una sencillez que nunca es simple, como la propia naturaleza a la que esta película excepcional rinde tributo.