IT'S SUCH A BEAUTIFUL DAY. 2012, Don Hertzfeldt

Entre los años 2006 y 2011, Don Hertzfeldt realiza tres partes de una misma historia que va estrenando consecutivamente y que reúne en 2012 con el título de la última de ellas, It's such a beautiful day. Son tres segmentos de duración similar y con la unidad de estilo característica del autor californiano, basada en una animación muy simple, de diseños minimalistas e inspiración naif que llamó la atención en multitud de festivales a principios de siglo. La estética de líneas geométricas dibujadas a mano con métodos tradicionales y animadas de modo rudimentario, contrastaba con los guiones también creados por Hertzfeldt, de humor negrísimo y afán provocador.

It's such a beautiful day es menos agresiva que sus precedentes y demuestra la madurez del director, quien aminora los gags visuales en favor de la palabra. La propia voz de Hertzfeldt sirve como hilo conductor del relato, una verborrea ácida que persigue siempre la honestidad y que explica los pensamientos de Bill, el protagonista común de los tres episodios, el cual hereda el nombre de un cortometraje muy celebrado que Hertzfeldt hizo en 1998: Billy's balloon. Al contrario que en esta breve pieza muda, el largometraje emana un torrente de ideas que se atropellan unas a otras y que guían al espectador por lo que sucede en la trama: el deterioro de las capacidades cognitivas de Bill, que comienza teniendo manías como las de cualquier humano hasta terminar perdido en los laberintos de su mente, todo ello expresado con elocuencia verbal e imágenes hipnóticas. En contraposición, los momentos sin voz son de un lirismo revelador (el viaje en autobús bajo la lluvia) o una herramienta para la comedia absurda (la secuencia del soplador de hojas).

It's such a beautiful day es una película sobre la percepción. La del público y la del personaje principal, que se comparten mediante un hallazgo consistente en dividir la pantalla en fragmentos que interactúan entre ellos a modo de montaje interno dentro del mismo plano, o de montaje externo yuxtaponiendo acciones. Hertzfeldt mezcla texturas y técnicas de animación (dibujo tradicional, collage, material de archivo) para transmitir la dispersión que sufre Bill, también a través de alteraciones en la imagen que no estaban previstas en un principio. Por uno de esos milagros que ocurren raras veces en el cine, lo que pudo haber sido un desastre de producción (la avería en la vieja máquina que utiliza Hertzfeldt para animar las figuras) se convierte en un recurso narrativo (la distorsión de las imágenes) que materializa los desvaríos del protagonista y dota al film de una fuerza y una crudeza inusitadas.

Resulta emocionante ver lo lejos que consigue llegar el director con los mínimos elementos, tanto expresivos como de elaboración, a través de su pequeño estudio, Bitter Films. It's such a beautiful day es una obra de arte inteligente, reflexiva y cómica, dotada de una sensibilidad poética que requiere la participación activa del sonido. Don Hertzfeldt demuestra gran habilidad para seleccionar las músicas que deben sonar en cada momento (casi todas piezas clásicas) y sean parte del lenguaje cinematográfico de este prodigio inagotable de imaginación y talento que es It's such a beautiful day. Un buen ejemplo de las posibilidades de la animación para adultos cuando cuenta con ambiciones literarias y filosóficas.