Que Lubitsch fue un maestro lo demuestran películas como ésta. Rodada en las postrimerías del cine mudo, "Amor eterno" es un prodigio de realización al servicio de un guión poderoso y de una puesta en escena llena de imaginación y talento. La contundencia de las imágenes y una fotografía muy matizada, obra de Oliver T. Marsh y Charles Rosher, dotan a este film de una plasticidad fuera de lo común, convirtiendo la pantalla en un lienzo. Las interpretaciones de los actores, con el gran John Barrymore a la cabeza, son ajustadas y precisas, sin el exceso de la pantomima habitual por entonces. La cámara de Lubitsch recorre los decorados y los rostros de forma ágil, enérgica, y sabe captar el erotismo del relato mediante las sugerencias que formarían parte de su famoso toque. "Amor eterno" supone una muestra de lo lejos que llegó el cine mudo gracias a autores como Ernst Lubitsch. Cine con mayúsculas.
A continuación, una muestra de la extensa filmografía de John Barrymore, una de las grandes estrellas del Hollywood dorado.