Destino: Woodstock. "Taking Woodstock" 2009, Ang Lee

Ang Lee continúa explorando aspectos de la cultura norteamericana con su habitual acierto para encontrar, en los detalles, las piezas que completen una visión de conjunto. El concierto de Woodstock celebrado en 1969 sirve como vehículo para retratar a una generación adulta que asistía desconcertada a los cambios de una época convulsa, mientras que las nuevas hornadas pujaban por abrir vías alternativas y dejar atrás los modos y maneras que ejemplificaban desastres como la guerra de Vietnam. Para reflejar ese ambiente, Ang Lee construye una comedia de personajes en un entorno que, trasladado a la pantalla, conserva toda su aureola mítica. Lo interesante de "Destino: Woodstock" es que la cámara apenas llega a adentrarse en el recinto del concierto, concentrando su atención en la amplia fauna que pobló los alrededores aquellos días, hasta completar un paisaje donde la anécdota y el homenaje alcanzan al mismo valor. La historia cuenta por ello con una gran cantidad de personajes, y sus relaciones con el joven protagonista son las que hacen avanzar el relato con pulso firme pero sin prisas, recreándose algunas veces en las peripecias del momento histórico. El guión sabe encontrar el tono adecuado para cada escena, un acierto que el largo elenco de actores potencia con sus interpretaciones y permite que el público disfrute con un divertimento que, como espectáculo inteligente que es, oculta un trasfondo menos amable de lo que dan a entender sus elaboradas imágenes.