The tune. 1992, Bill Plympton

La mayoría de las veces, los autores que toman el camino de la libertad creativa y de la independencia económica deben pagar a cambio el peaje de acceder a un público minoritario. En un mundo tan mercantilizado como es el del celuloide, esta opción entraña no pocos riesgos, por eso cineastas como Bill Plympton merecen ser tenidos en cuenta y ser rescatados de ese cajón de las etiquetas que, desde hace tres décadas, le define como director de cine independiente de animación, con la marginalidad que eso conlleva. Una condición que Plympton ha exhibido en una larga lista de cortometrajes, algunos de ellos antológicos, siempre fieles a un estilo original y reconocible desde el primer trazo.
En el aspecto visual, el dibujo de Plympton puede parecer simplemente abocetado, como si se tratara del story board de una obra que ha sido interrumpida en algún proceso de la producción, sin embargo, la frescura y la inmediatez de la animación difícilmente se podría igualar de otro modo más convencional, de mayor acabado y refinamiento. El espectador es así consciente de la animación en su estado más artesanal y directo, más puro al fin y al cabo. La gran imaginación de Plympton pone siempre a prueba la capacidad de sus propios dibujos, creando un universo absolutamente peculiar y divertido, donde conviven el humor, la crítica, el surrealismo y el musical, y del que el espectador no logrará abstraerse. Todo esto se encuentra en "The tune", el primero de los largometrajes de Plympton, un musical delirante y libérrimo que Matt Groening definió con acierto como el "Yellow submarine" de los años noventa. Lamentablemente, "The tune" no consigue alcanzar entidad como obra compacta y unitaria, convirtiéndose en una sucesión de los cortometrajes característicos del mundo Plympton, esto es: numerosos juegos visuales, gags ocurrentes y reflexiones más o menos veladas tras un humor descacharrante. Aún así, la película supone una buena ocasión para acercarse al trabajo de Bill Plympton, un gran autor y, sobre todo, un artista necesario.
A continuación, una pequeña muestra del talento de Plympton, el videoclip que realizó en 2008 sobre una canción de Parson Brown.