El Havre. “Le Havre” 2011, Aki Kaurismäki

Aki Kaurismäki traslada su cámara desde Finlandia hasta la ciudad portuaria de Le Havre, en Normandía, para filmar un cuento sobre la solidaridad repleto de buenas intenciones. El viaje no es sólo geográfico, sino también anímico, sentimental. Kaurismäki deja de lado su habitual melancolía nórdica y ofrece en El Havre una oda a los buenos sentimientos, un film alegre y luminoso, como un caramelo capaz de endulzar los ojos sin saturarlos de almíbar. Y lo hace del modo más sencillo posible, que suele ser también el más complicado.
Desde el principio queda patente el carácter fabulador de la historia, la posibilidad de adentrase en un terreno donde caben la denuncia social, el drama, la comedia y la crónica disfrazada de parábola ejemplarizante. Es el Kaurismäki de siempre, pero como nunca antes. Mucho más abierto y accesible, el guión de El Havre reúne a los vecinos de un barrio obrero que se ven alterados por la llegada de un joven inmigrante sin papeles, y por el hostigamiento de un policía que no es como aparenta ser. Kaurismäki convoca a los fantasmas de Chaplin y Carné creando un espacio intemporal, de celuloide casi primigenio, y lo hace practicando esa austeridad formal tan característica de su cine, en la que la economía de medios suma en vez de restar.
La concreción de un estilo limpio y depurado hasta el extremo no aminora la emotividad del film sino al contrario, la engrandece, pues prescinde de filtros y ortopedias, permitiendo que la comunicación con el espectador sea más directa que nunca. De nuevo el puente es el humor. Un humor que hace de El Havre una experiencia gozosa, una llamada a la conciliación en tiempos difíciles.
A continuación, el cortometraje que Aki Kaurismäki realizó en el año 2002 para la película conjunta Ten minutes older: the trumpet, bajo el título de Dogs have no hell. El universo Kaurismäki comprimido en apenas diez minutos. Que lo disfruten: