Viaje alucinante. "Fantastic voyage" 1966, Richard Fleischer

Intriga, aventura, drama, comedia, romance... la larga lista de géneros practicada por Richard Fleischer se incrementó en 1966 con la primera de sus incursiones en la ciencia ficción. No pudo haber elegido mejor comienzo. Desde su estreno, "Viaje alucinante" se convirtió rápidamente en un referente para futuras producciones de corte fantástico.
La película traslada el antiguo mito de Jasón y los Argonautas hasta el interior del cuerpo humano. Una expedición a bordo de un submarino reducido al tamaño de una célula es introducida en el cuerpo de un científico ruso, en coma tras sufrir un atentado. La misión consiste en disolver el hematoma alojado en su cerebro, una carrera contra el reloj que pone en juego sus vidas y el descubrimiento de un importante secreto. El trasfondo de la guerra fría y el riesgo de un sabotaje añaden tensión a la trama, capaz de retomar antiguas fórmulas narrativas y de adaptarlas al filtro de la ficción científica y el delirio pop de la época.
"Viaje alucinante" es visualmente irresistible y contiene en sus imágenes algunas de las claves que definirían producciones como "Barbarella" o la serie de "Star Trek": decorados sinuosos, colores intensos y vestuario que ensalza los atributos físicos. La participación en el reparto de Raquel Welch justifica este último punto y supone uno de los atractivos del film. Tanto ella como los demás actores cumplen con el escaso rigor que exigen sus personajes, cortados por patrones reconocibles y esquemáticos.
El guión de la película no se entretiene buscando verosimilitud ni coartadas intelectuales, sino que pone especial esmero en las escenas de acción. Se trata de cine vibrante, cine como el que imaginó Méliès en los inicios y que apela a la capacidad de ensoñación de los espectadores. Cine en el que el suspense y la aventura se ven reforzados por unos efectos especiales llenos de maquetas y trucos ópticos, sin abandonar por ello la dimensión humana del relato. El aspecto técnico sumado al diseño de producción da como resultado una película tan creativa como fácil de disfrutar, y aunque es verdad que hay algunos desajustes en el guión (la relación entre los personajes de Raquel Welch y Arthur Kennedy), las irregularidades no consiguen empañar el conjunto. Richard Fleischer firma con "Viaje alucinante" uno de sus más apasionantes trabajos, una película icónica que inspiró a autores tan dispares como Isaac Asimov o Salvador Dalí, elevándose a la categoría de clásico del género.