Mud. 2012, Jeff Nichols

Jeff Nichols continúa subiendo peldaños en su trayectoria como director. Tras haber despertado el interés de la crítica con Take shelter, Nichols afronta una historia tan distinta en sus planteamientos como semejante en su voluntad de representar un mundo propio. Mud es la reválida de Nichols, la confirmación de su capacidad para observar paisajes conocidos desde perspectivas diferentes, aunando en sus fotogramas tradición y modernidad.
El aroma que desprende esta película es el mismo que emana de los relatos de Mark Twain o Jack London, por citar a dos autores norteamericanos que vincularon estrechamente a sus personajes con el entorno en el que se movían. La mirada de Nichols sobre el Sur que se baña en los márgenes del río Mississippi condiciona a los protagonistas de Mud, tanto como sus acciones. 
La película narra el encuentro en una pequeña isla de dos muchachos con un prófugo que se esconde de su pasado, relación que traza el mapa mitológico de una época y de un lugar. Se trata de cine de personajes, cine que tiene en el intercambio de palabras y de miradas su razón de ser. La naturalidad de los niños y su interpretación interiorizada se empasta a la perfección con el trabajo expansivo de Matthew McConaughey, alma máter del film cuyo personaje impregna de carisma la narración. Con la madurez, el actor se ha desprendido del sempiterno papel de galán para ensanchar sus registros dramáticos y entrar en la fase más estimulante de su irregular carrera. Personajes como el que interpreta en Mud dan la medida de su talento, amplificado por sus compañeros de reparto Resse Witherspoon y Sam Shepard.
Los excesos de McConaughey encuentran freno en la dirección ajustada de Jeff Nichols, cineasta que escribe con la cámara y filma con el guión en la mano. El perfecto mecanismo que mueve la trama corre parejo a la evolución de los personajes y de las situaciones. Eso es Mud: un eficaz entretenimiento que oculta en su sencillez la complejidad de las cosas hechas con razón y sentimiento. Nichols tiene mucho que contar en adelante.