Omega. 2016, José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias

El director José Sánchez-Montes lleva años dedicado al documental de contenido musical. En sus películas ha retratado a algunas de las figuras más carismáticas del cante y el baile como Bola de Nieve, Camarón de la Isla, Eva Yerbabuena y Enrique Morente. En torno a éste último realizó en 2005 Enrique Morente sueña la Alhambra, una particular aproximación al arte del cantaor granadino. Casi una década después, Sánchez-Montes retoma al artista para narrar la historia de Omega, un álbum transgresor y genial que rompería todos los moldes y del que se cumplen veinte años desde su publicación. Tiempo suficiente para mirar con perspectiva y examinar las circunstancias que propiciaron la creación de aquella obra cuyo sonido continúa estremeciendo todavía hoy.
Al igual que en Tiempo de leyenda, anterior trabajo del director en el que se detallaba la génesis de La leyenda del tiempo de Camarón, en Omega se trascienden los márgenes del making of convencional. Sánchez-Montes, en compañía del también director Gervasio Iglesias, elabora un homenaje al artista, a su obra y al proceso creativo, abordando tanto los aspectos generales como los coyunturales. El rigor y la anécdota. Es un documento imprescindible para entender la magnitud del disco Omega y para acercarse además a su lado más humano, a sus intuiciones, dudas y temores. Para ello se convoca frente a la cámara a buena parte de los que tuvieron que ver con el proyecto: Antonio Arias, Leonard Cohen, Estrella y Soleá Morente, Aurora Carbonell, Tomatito... y a biógrafos, periodistas y músicos que completan el conjunto. Las intervenciones de Enrique han sido rescatadas de los archivos televisivos, generando un diálogo entre el pasado y el presente bien resuelto por los directores.
Omega es fascinante porque la historia que se cuenta lo es, y porque se aprovecha el carisma de los que intervienen en el documental. Es una película que da placer al oído. Las palabras siempre sabias de Enrique Morente están bien administradas en el montaje y añaden la guinda a cada escena, otorgándole el papel en la sombra de maestro de ceremonias. Por estos y por otros motivos, Omega satisfará con facilidad a los seguidores del artista, a los amantes del flamenco sin prejuicios y a todos aquellos que aprecien la música como expresión artística y vital.