Burning. Noches de rock and roll. 2018, Fernando Colomo

Corría el año 1978 cuando Fernando Colomo dirigió su segundo largometraje con la participación de Burning, una de las bandas más icónicas de la movida madrileña. La película adoptaba el título de la canción ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?, dando inicio a una colaboración que vuelve a retomarse cuatro décadas después en forma de documental. Burning. Noches de rock and roll hace recuento del tiempo transcurrido y de las glorias y miserias que supone dedicarse a la música en España.
La narración comienza en el presente, con los preparativos de la banda para el concierto de su 40 aniversario. Es un momento importante en la trayectoria del grupo, los invitados acuden a la celebración y Johnny Cifuentes, el líder de Burning, se deja querer por un equipo entregado. Entonces el argumento retrocede al pasado, hasta los inicios musicales de estética glam y de ensayos en pisos compartidos. La trama avanza con el testimonio de familiares, profesionales del sector y compañeros de viaje (Loquillo, Rosendo, Josele Santiago...) en un recorrido cronológico que abarca las buenas rachas y las malas. Incluso las peores: Burning pertenece a esa triste lista de bandas que han tenido que sobrevivir a la muerte de su cantante y continuar sin perder la identidad ni devaluar el repertorio.
A pesar del interés con el que se sigue el documental, hay algunas decisiones cuestionables, como la de dejar incompleto el círculo abierto al inicio del film. Colomo no regresa en el desenlace al concierto con el que Burning celebra su cumpleaños y que integra el proyecto del homenaje, una opción que resta coherencia al conjunto y le confiere un desarrollo algo errático. Burning. Noches de rock and roll es un producto diseñado para satisfacer a los seguidores de la banda y que arroja luz sobre una época hoy reivindicada por una generación de nostálgicos. El resultado es aceptable sin llegar a la excelencia, en buena parte debido el aire televisivo que respira el documental, lo cual le impide aspirar a una mayor hondura y un mejor acabado. Esto es algo de lo que suele adolecer la filmografía de Fernando Colomo, en cambio, sus películas (y esta en particular) reportan cercanía y frescura, dos cualidades que se adscriben a la filosofía de los Burning.