Still walking (Caminando). "Aruitemo, aruitemo" 2008, Hirokazu Kore-Eda

Hermosa película que bebe de las fuentes de maestros como Ozu, y utiliza sus mismas herramientas para provocar la emoción. Esto es, la honestidad en su sentido más amplio para retratar a los personajes, para describir situaciones y para detener el tiempo entre un fotograma y otro. Kore-Eda, al igual que sus antecesores, no juzga a sus criaturas ni interfiere en sus acciones, deja que los avatares de la cotidianidad se posen frente a su cámara para completar un paisaje del natural que por momentos parece espontáneo cuando responde, inevitablemente, a una atenta elaboración. Ese es el milagro que Still walking ofrece, hacer parecer lo difícil como fácil y lo trascendental como liviano. Kore-Eda lo consigue gracias a los elementos que conforman el film, desde la cuidada fotografía hasta la bella banda sonora, dándole especial importancia al trabajo con los actores. Son ellos, en definitiva, los que hacen grande a esta película. El dibujo preciso y austero que hacen de sus personajes establece un diálogo silencioso, casi confidente, con el público, en un prodigio de naturalidad que impregna cada imagen de esa materia que tantos autores buscan y pocos encuentran: la verdad. Verdad narrativa, verdad descriptiva y verdad emocional en una película que recoge el testigo de obras importantes del pasado como si el futuro siempre hubiera estado ahí.