Kubo y las dos cuerdas mágicas. "Kubo and the two strings" 2016, Travis Knight

Hablar de Laika es caer en el déjà vu. Película tras película, el estudio ha confirmado las habilidades artísticas y narrativas puestas en evidencia ya desde el estreno en 2009 de Los mundos de Coraline, el primer largometraje de la compañía. Hasta el momento se han completado cuatro películas que son el ejemplo de todo lo que una obra de animación debería ofrecer: la técnica puesta al servicio de una ficción elaborada, la representación visual acorde con el relato. Eso es Kubo y las dos cuerdas mágicas. Una producción genuinamente Laika, con un estilo bien definido y un altísimo nivel de exigencia como marca de la casa.
La responsabilidad de pilotar la nave recae esta vez sobre Travis Knight, animador, productor y figura de referencia en Laika, que debuta ahora en la dirección. Knight resuelve con ingenio y destreza los retos que plantea el film. Para empezar, los que afectan a la narración. El guión de Kubo y las dos cuerdas mágicas hace incursiones en diversos géneros, de la comedia al drama y del terror al musical. Todos al abrigo del cine de aventuras y de la epopeya clásica, con un protagonista cuya misión contará con la ayuda y el impedimento de los personajes que le salen al paso. El componente mitológico se mezcla con la tradición nipona, y sobre ellos, el núcleo familiar como escenario para el drama.
Llena de escenas espectaculares, Kubo y las dos cuerdas mágicas mantiene intacta su capacidad para asombrar al espectador mediante efectos especiales que van siempre a favor del relato, sin necesidad de recurrir a trucos circenses ni a pirotecnias gratuitas. Lo que no resta importancia al aspecto visual. La técnica de animación en stop motion alcanza tal grado de sofisticación que resulta difícil imaginar cuál puede ser el siguiente paso. La película es técnicamente perfecta, y al mismo tiempo, el cuidadísimo diseño de producción depara un placer estético de irresistible belleza.
Al igual que Los Boxtrolls, el anterior film de Laika, la partitura de Kubo y las dos cuerdas mágicas corre a cargo de Dario Marianelli. El compositor italiano crea una música inspirada y emocionante, de aliento épico. Otro más de los aciertos de esta película llamada a perdurar, que reafirma a Laika en el Olimpo del cine de animación y que posee la virtud de fascinar por igual a públicos de todas las edades.