Perdida. "Gone girl" 2014, David Fincher

Si hay un género capaz de poner a prueba las capacidades narrativas de cualquier director, es el suspense. Alfred Hitchcock sentó las bases que aún hoy siguen vigentes: la relación entre el ritmo de la película y su evolución dramática, el perfil complejo y ambiguo de los personajes, cierto manierismo visual y la información que se dosifica durante la trama para sostener la emoción del público. Éstas y otras pautas se mantienen vivas en cineastas como David Fincher, quien realiza en Perdida un modélico ejercicio de género.
Las dos horas y media de metraje consiguen mantener la tensión gracias a un guión ágil que siempre se guarda un as en la manga, una dirección precisa y con garra, y un montaje muy dinámico. Perdida adapta la novela original de Gillian Flynn para narrar la desaparición de un mujer ejemplar en una pequeña población de Missouri. El protagonista de la historia es su marido, interpretado por Ben Affleck, a quien las circunstancias arrastran en medio de una vorágine de policías, periodistas, familiares y vecinos. Más allá del elemento central del suspense, la película contiene una visión bastante crítica acerca de la voracidad de los medios de comunicación y del morbo como forma de combatir el aburrimiento de una sociedad insensible y alienada. Una de las virtudes de Perdida es la de retratar a una comunidad que se puede extrapolar fácilmente a otras latitudes, y cuyos demonios reconocemos en la pantalla. El constante juego entre el detalle y el conjunto (otra herencia de Hitchcock), permite que el film aspire a una audiencia global y no esté atado a ningún condicionante de lugar ni de tiempo.
El plantel de actores resulta magnífico, con especial importancia para Rosamund Pike, en el papel de la esposa desaparecida sobre la que gira el relato. Su personaje y el de Affleck poseen una gran dificultad que ambos resuelven de manera matizada y serena, desarrollando las posibilidades dramáticas y estableciendo vínculos con el espectador.
Incluso los habituales golpes de efecto del director juegan aquí en favor de la película, levantada como un castillo de naipes en el que cada carta está cuidadosamente colocada y sostiene a las demás con habilidad y equilibrio. Perdida es un film inteligente que sitúa a David Fincher como una referencia dentro del género y un cineasta de auténtico peso. A continuación, uno de los agudos vídeo-ensayos de Tony Zhou, dedicado a analizar el estilo de Fincher. Los aspirantes a director están obligados a verlo: