SPAIN IN A DAY. 2016, Isabel Coixet

El proyecto Life in a day se inició en 2010 con un alcance global: consistía en que personas de todo el mundo grabasen el mismo día del año un vídeo que subirían a YouTube y que luego podría ser seleccionado para formar parte de un largometraje documental. El título de la película resultante ilustra la voluntad de retratar cómo es la vida en el planeta a través de la experiencia de personas comunes, quienes captaron lo que tenían alrededor y respondieron a las preguntas: ¿Qué amas? ¿A qué le temes? ¿Con qué sueñas? Una idea que ha sido reproducida después en diferentes países como el Reino Unido, Japón e Italia, esta vez tratando de abarcar el ámbito nacional para representar sus propias realidades sociales, económicas, políticas y culturales.
En 2015, Televisión Española se asocia con la productora que inauguró el proyecto (propiedad de Ridley Scott) y con Mediapro para dar luz verde a Spain in a day, la versión oriunda que reproduce el mismo modelo de sus antecesoras. Para ello se contrata a dos profesionales de primer nivel, Isabel Coixet en la dirección y Alberto Iglesias en la composición musical. El día elegido para las grabaciones de los participantes es el 24 de octubre, una fecha tan corriente y tan excepcional como cualquier otra. Son 24 horas en las que la gente nace, cumple años, se casa, viaja, sobrelleva la enfermedad... vive, al fin y al cabo. Todo ello y mucho más a lo largo de los más de 22.600 vídeos recibidos, lo cual exige una ardua labor de elección y montaje. La dificultad de Spain in a day reside en dar forma al ingente material acumulado, en vertebrar un discurso que cumpla con la finalidad del proyecto. La labor de Coixet y de su nutrido grupo de editores es, pues, encomiable, porque el resultado que arroja la película contiene emoción, reflexión, diversión y todo lo necesario para sintetizar, en apenas ochenta minutos de duración, la identidad de un país.
Para evitar el caos y la dispersión en el montaje, la estructura del documental se divide en bloques que siguen la continuidad temporal del día y en los que las personas responden a las cuestiones planteadas. Algunos de los participantes aparecen de forma alterna y otros encuentran su momento determinado, según el desarrollo de su vivencia. Entre medias hay secuencias de transición que sirven como separadores y que poseen una unidad temática: baile, deporte, transportes, celebraciones... lo cual ilustra las prácticas más habituales y completa el mosaico que supone el film.
En suma, Spain in a day es un experimento bien acabado que aúna instantes cuya importancia se adquiere en el conjunto. Esa es la virtud que define un buen collage, la capacidad de que los detalles obtengan trascendencia y, sobre todo, que ganen significado dentro de la totalidad de la película. La propia naturaleza del proyecto hará que Spain in a day se revalorice con el tiempo, a causa de su valor antropológico y de la captura de una época que tiene aquí un magnífico archivo de imágenes y un documento irremplazable.