CINES DE VÍDEO. 2020, Wari O. Gálvez Rivas

El interés de Wari O. Gálvez Rivas por la historia de los cines de su país deriva en dos volúmenes de libros que preservan la memoria de las antiguas salas que existieron en Perú, además de un documental que lleva por título Cines de vídeo. En conjunto, se trata de un estudio pormenorizado que no se ocupa solo de los establecimientos de exhibición, sino que también se fija en las personas que trabajaron en ellos: propietarios, proyeccionistas, acomodadores, ilustradores de carteles... muchos aún viven y atesoran el testimonio de una época en la que el cine era el máximo entretenimiento popular.

Gálvez recoge las palabras de dichos profesionales a los que el documental mira desde el presente. Las salas visitadas por el pequeño equipo técnico hace tiempo que cerraron y hoy albergan iglesias evangélicas, espacios comerciales o están en ruinas, en muchos casos conservando todavía las huellas de su extinta actividad. La narración salta de un emplazamiento a otro construyendo un relato polifónico que sitúa a cada protagonista frente al edificio donde trabajó en el pasado, en una relación de proporciones que denota la formación del director como arquitecto. La cámara capta desde la distancia la totalidad de las fachadas y reduce a la persona a un tamaño que no permite distinguir sus rasgos, lo cual dificulta el reconocimiento y la empatía. Si bien el discurso es legible, la imagen de quien habla es intervenida constantemente por el tráfico y los peatones, una decisión arriesgada que termina transmitiendo cierta monotonía. Según ha explicado el propio Gálvez, este recurso visual pretende remitir a los pioneros, cuando se filmaban planos generales y estáticos en los que la vida sucedía frente a la cámara. La diferencia es que los hermanos Lumière carecían de sonido que condujese el relato y la imagen se explicaba por sí misma, mientras que Gálvez emplea el verbo como hilo conductor priorizándolo sobre la estética (con algunas torpezas en el montaje y añadidos de postproducción que afean el resultado, como la pantalla del móvil que se va quebrando).

En Cines de vídeo, la condición investigadora de Wari O. Gálvez Rivas se impone a la de cineasta, aquí todavía incipiente. Se trata de su primer largometraje y en él vuelca su capacidad de documentación, con un punto de vista algo frío que logra esquivar el sentimentalismo y la nostalgia que suelen aquejar a esta clase de proyectos. Por eso supone un film esencial para los curiosos del tema, que encontrarán aquí material para la reflexión y al análisis, sin omitir por ello el carácter humano de un mundo que parece condenado a desaparecer: el de la exhibición pública de películas.