LA VIDA ERA ESO. 2020, David Martín de los Santos

El director David Martín de los Santos tiene a sus espaldas una prolífica trayectoria de cortometrajes y documentales que exploran la condición humana y que desembocan en La vida era eso, su primer largometraje de ficción. A primera vista, podría parecer curioso que la protagonista sea una mujer de avanzada edad que se cuestiona todo lo vivido hasta entonces tras haber conocido a una joven en el hospital donde ambas han estado ingresadas. Se trata de una opera prima que asume los sentimientos y las reacciones de una persona en el ocaso de su madurez, y lo hace desde la cercanía y sin recurrir a obviedades como podrían ser diálogos explicativos o flashbacks. Martín de los Santos confía en la intuición del público y, sobre todo, en el talento de su actriz principal, una Petra Martínez que transpira verdad en cada gesto y cada palabra.

El director y la intérprete llevan de la mano la película en compañía de otros actores también concisos, en especial Anna Castillo, cuya presencia tiene lugar en el primer acto pero termina resonando durante todo el metraje. La vida era eso es un film de personajes y, por lo tanto, de rostros que han de representar de manera creíble y sin evidencias un amplio arco de comportamientos. El hecho de que lo consigan hace grande a esta película con vocación de pequeña. El equipo artístico se desliza sobre un guion que avanza mediante situaciones bien trenzadas que adquieren fluidez en la pantalla, gracias a una puesta en escena sencilla pero eficaz y a la precisión del ritmo en el montaje. Martín de los Santos evita los alardes para conferir al conjunto una sensación plena de naturalidad, consciente de que este es el gran valor de la película. Así, cualquier espectador puede sentirse concernido por lo que cuentan las imágenes, al margen de su género, edad o procedencia.

Con pocos elementos y mucha observación, La vida era eso trasciende los límites de lo íntimo y se expande hasta lograr un calado mucho más amplio, universal. Esta es la virtud de las fábulas que hablan al espectador con un lenguaje llano y directo, a través de imágenes que, sin ser nunca rebuscadas, optan por los símbolos cuando es necesario (el viejo barco varado en el paisaje de Almería). Hay que dar la bienvenida a David Martín de los Santos, cineasta dotado de sensibilidad que sabe aprovechar la sabiduría de Petra Martínez y la frescura de Anna Castillo para hacer crecer esta película hermosa y sincera, una invitación a la autonomía personal y a la búsqueda del tiempo perdido.

A continuación, la canción compuesta por Fernando Vacas para la banda sonora, interpretada por Estrella Morente. Relájense y disfruten: