TRES. 2021, Juanjo Giménez

No es habitual encontrar una película en la que el sonido sea prioritario. Las imágenes que suelen integrar el grueso de las producciones (no digamos ya las denominadas comerciales) imponen su presencia de manera rotunda y directa, desplazando el sonido a una función supletoria que exhibe destreza técnica pero no creativa. Por eso hay que valorar la valentía y la originalidad de Juanjo Giménez, director que en Tres dota al sonido de una dimensión narrativa y dramática con incidencia en la trama.

La protagonista del film es una diseñadora de sonido sin nombre que empieza a escucharlo todo con retardo, lo que en el argot de su oficio se conoce como "estar fuera de sincronía". Este fenómeno inexplicable afecta a su vida y a la relación que tiene con el entorno, es un síndrome que le provoca un aislamiento paulatino de la realidad. Giménez y Pere Altimira, su coguionista habitual, construyen una pesadilla íntima que sucede en el interior del personaje principal, y esa dicotomía entre lo que ella experimenta y lo que existe a su alrededor supone un desafío que el director resuelve con imaginación y dominio del lenguaje cinematográfico.

Además del aspecto sonoro, Tres alcanza también riqueza visual en la planificación y el montaje, con movimientos de cámara de gran expresividad y una fotografía muy cuidada a cargo de Javi Arrontes. Pero sobre todo, para que la película funcione es necesaria la implicación de una actriz como Marta Nieto, quien carga sobre su mirada y sus gestos todo lo que no dicen los diálogos... que es mucho, ya que Tres subordina la palabra en favor de los sonidos. Es de agradecer que la película no abuse de sus propios descubrimientos ni se enrede en un sinfín de efectos llamativos para apabullar al espectador/oyente. En lugar de eso, Giménez emplea todos los recursos a su alcance para terminar derivando en una historia sencilla y emotiva sobre dramas familiares y sentimientos humanos. Al final, Tres ofrece una inesperada reflexión sobre el transcurrir del tiempo y la autonomía personal, que adopta la forma de un ensayo sonoro en el que su director demuestra saber moverse en diferentes terrenos, ya sea mediante escenas que suscitan terror (los delirios sordos de la protagonista), sensibilidad (el momento de la película muda) o ese híbrido fascinante y extraño que mezcla el costumbrismo con el fantástico (el desenlace). En suma, Tres es uno de los estrenos más estimulantes del reciente cine español y el desarrollo de las virtudes que Juanjo Giménez ya había mostrado antes en el mundo del cortometraje y el documental. Habrá que permanecer atentos a sus siguientes títulos.