CANTO CÓSMICO. 2021, Leire Apellaniz y Marc Sempere Moya

Muchas veces, la línea que separa el cine documental de la ficción es tan fina que los dos conceptos se diluyen y crean películas tan especiales como Canto cósmico. Un paseo por las interioridades del Niño de Elche y una indagación por su arte transgresor y libre, de la mano de Leire Apellaniz y Marc Sempere Moya. Lejos de ceñirse a ninguna fórmula preconcebida, los directores proponen un ejercicio de estilo que asimila los modos de expresión y el pensamiento del protagonista, dando como resultado un film original e inclasificable, un experimento de belleza estética y calado intelectual.

El guion, escrito por los propios directores, intercala el retrato familiar, los momentos perfomáticos y las declaraciones por parte del Niño de Elche y de otras personas relacionadas con su universo personal y creativo. La cámara recoge el testimonio cercano de los padres, pero también el de profesionales del sonido, artistas aficionados al flamenco y autores que circulan en la misma órbita. Nombres como Pedro G. Romero, Antonio Orihuela y C. Tangana se suman a las actuaciones de Israel Galván o Raúl Cantizano, entre otros, en un caleidoscopio que desvela las múltiples caras del Niño de Elche: la poética, la política, la íntima, la musical, la religiosa... Todas ellas mediante imágenes sugerentes que juegan con la composición, la luz y el tempo fílmico. Tanto la fotografía de Agnès Piqué Corbera como el montaje de Marcos Flórez consiguen amoldarse al imaginario del Niño de Elche y generar un espacio singular lleno de símbolos con perdices enjauladas, procesiones nudistas o cantos cincelados a golpe de mazo sobre el granito.

La labor de Apellaniz y Sempere Moya consiste en dar forma a todas estas ideas y ordenarlas para que el conjunto tenga coherencia y, sobre todo, para que queden claras las líneas que definen el arte salvaje y a la vez erudito del Niño de Elche. El principal reto que asume Canto cósmico es el de poner en escena nociones en apariencia enfrentadas como son lo primitivo y lo moderno, lo popular y la vanguardia, la brutalidad y la delicadeza. Una alquimia que adquiere consistencia en la pantalla y que depara una de las películas más fascinantes del reciente cine español.