CLOSE. 2022, Lukas Dhont

Con apenas dos largometrajes y un puñado de cortos, Lukas Dhont ha demostrado ser un cineasta interesado en explorar las complejidades del género y la identidad. También los problemas asociados a la juventud en su tránsito hacia la madurez, como bien certifica Close. Un drama minimalista que tiene la virtud de estar pegado a la realidad y retratar un dolor común en todas las sociedades, sin recurrir por ello a golpes de efecto ni a los artificios habituales que se emplean para generar emoción. Al contrario, Dhont hace uso del comedimiento y nunca relaja el respeto que siente hacia los personajes, que es el mismo que aplica al espectador.

Conviene no desvelar los aspectos de la trama que hacen de Close una tormenta controlada. Basta decir que los protagonistas son adolescentes que tratan de descubrirse a sí mismos en medio de las imposiciones que les dicta el entorno, son chicos privilegiados (sin carencias afectivas ni materiales, que viven en un lugar favorable a su desarrollo), lo cual, sin embargo, no les protege de los modelos preconcebidos de relación que coartan su libertad. Es una película que trata del sujeto, y por eso el punto de vista no se aparta del personaje principal y todo está filmado tratando de transmitir lo que piensa y siente en cada momento, empleando los recursos de la imagen (planos cerrados, subjetividad) y el sonido (por ejemplo, los efectos que refuerzan su desconcierto en algunas escenas de tensión).

Close está rodada en formato de 4/3, precisamente para ilustrar la estrechez del marco en el que se mueven los personajes, en referencia al título del propio film. La fotografía de Frank van den Eeden es muy sutil en el tratamiento de los colores, las luces y las sombras, creando espacios de intimidad cuando el relato lo requiere, o reflejando los escenarios belgas donde sucede la acción. Pero nada de esto tiene efectividad si delante de la cámara no hay intérpretes capaces de hacer creer al público las inquietudes de Léo y Rémi, los jóvenes protagonistas, acompañados de los actores adultos. En este sentido, Close es uno de esos milagros cinematográficos que se sostienen sobre la labor de unos actores no profesionales que eclosionan en la pantalla y que la impregnan de verdad y frescura, junto a la labor de otros que cuentan con trayectorias reconocidas, como Émilie Dequenne. Ellos son el paisaje humano de esta película que acierta en abordar un tema de plena vigencia, el cuestionamiento de los cánones tradicionales de masculinidad, sin estridencias ni moralejas fáciles. La confirmación de que en Lukas Dhont hay un autor a tener en cuenta dentro del panorama europeo.

A continuación, uno de los temas que integran la música compuesta por Valentin Hadjadj. Al igual que ocurre con el resto de la banda sonora, los sonidos de cuerda conducen la narración, aunque en esta pieza el oboe adopta un papel destacado, como representación del personaje de Rémi. Relájense y disfruten: