RETRATOS FANTASMAS. 2023, Kleber Mendonça Filho

Con el paso del tiempo, cineastas de diversas generaciones van dejando memoria de las extintas salas de proyección en diferentes sitios del mundo. Sirvan como ejemplo Víctor Erice en La morte rouge, Meritxell Soler y Julián Vázquez en Cine al fin, Omar A. Razzak en Paradiso, Wari Gálvez Rivas en Cines de vídeo... a este grupo se suma el brasileño Kleber Mendonça Filho y su película Retratos fantasmas, que escribe y dirige uniendo su capacidad para el documental y para la ficción. Ambas posibilidades de narrar juegan en la pantalla sin que medie ninguna diferencia y mezclando, al igual que en los ejemplos citados, la observación de los comportamientos del público, la experiencia particular, el ensayo de arquitectura y el análisis de la cultura popular a lo largo de las últimas décadas.

Estos y otros elementos construyen el armazón narrativo que Mendonça Filho levanta con fabulosa libertad, llegando a parecer en varios momentos que Retratos fantasmas navega a la deriva. Lo cierto es que la estructura argumental obedece a una profunda reflexión acerca del devenir histórico de Brasil en el siglo XX, con unas circunstancias políticas y sociales que han marcado a la familia del director y a sus conciudadanos en Recife, la capital del Estado de Pernambuco. El guion está dividido en tres partes que van de lo individual a lo colectivo, una galería de lugares y rostros que, como se indica en el título, han sido recuperados del pasado gracias al material de archivo. Son fotografías y grabaciones hechas en muchos casos por Mendonça Filho cuando era joven, puesto que todo está guiado por su personal punto de vista y su constante voz en off. La cercanía que desprende el relato deviene al final en una secuencia de tintes fantásticos en el interior de un taxi, la única en el metraje que se desarrolla mediante diálogo y que incide en la idea de la aparición/desaparición de lo físico. Hay más sorpresas contenidas en el film, además de referencias ajenas y propias (en especial a Sonidos de barrio, primer largometraje de ficción de Mendonça Filho), recreación histórica y confesiones íntimas, porque el autor entiende que la vida y el cine son indisociables.

En Retratos fantasmas hay una vocación de experimentar con lo visual a través del montaje y una intención estética que busca confundir lo real, lo inventado y lo filmado. La cámara se mueve en panorámicas que corrigen el encuadre como si se tratase de un ser vivo, un animal que se va fijando en determinadas cosas según avanza por el escenario. Hay una presencia tangible de los medios que capturan las imágenes, una pulsión inmediata que hace que el conjunto respire y reaccione a lo que acontece. Lo dice el propio Mendonça Filho en una de las escenas: "Cuando se junta lo mundano con la imagen cinematográfica es cuando surge la película".

En definitiva, Retratos fantasmas es una de las películas más estimulantes y hermosas que puedan verse hoy en día. Un ejercicio de libertad creativa que parte de lo singular para hablar de lo plural, y que demuestra el enorme grado de inspiración de su director, Kleber Mendonça Filho.