Hay muchas formas de hacer películas: con la cabeza, con el corazón, con las uñas, con el bolsillo... Don Cheadle ha hecho Miles ahead con las tripas. Se trata de un proyecto trabajado durante años por el actor, en torno a una de las figuras más trascendentales del jazz, Miles Davis. Pero en su debut como director y guionista de cine, Cheadle ha evitado la hagiografía o el retrato convencional del artista en crisis y se ha centrado en un periodo muy concreto en la vida del trompetista: la reclusión voluntaria que Davis mantuvo en los años setenta buscando reconducir su sonido en medio del caos lisérgico y sentimental. Todo concentrado en un relato de apenas veinticuatro horas, cuando el periodista interpretado por Ewan McGregor violenta su intimidad tratando de arrancarle una entrevista. Por lo tanto, los que busquen el biopic definitivo sobre Davis quedarán decepcionados. Miles ahead es un acercamiento, una interpretación libre del contradictorio mundo de una de las figuras más complejas y fascinantes de la música moderna.
Lo dice el propio personaje en boca de Cheadle al comienzo del film: "Si quieres contar una historia, hazlo con la actitud correcta." Y la actitud de Cheadle está muy relacionada con el lenguaje del jazz. La narración de Miles ahead es atrevida y sincopada, alterna diferentes ritmos y tiempos mediante flashbacks y hábiles secuencias de montaje (las elipsis a través de las fotografías de la boda o en el ring de boxeo son algunas de las más destacadas). Este ejercicio de retórica exige cierta predisposición por parte del espectador, quien agradecerá tener algo de información previa acerca del protagonista. De lo contrario, corre el riesgo de perderse y de no conectar con lo que sucede en la pantalla, que es mucho y está presentado de forma tensa y vibrante.
Miles ahead es una película apasionada, que potencia su garra gracias al esforzado trabajo de los actores. Cheadle se entrega hasta el límite, bien secundado por McGregor, Emayatzy Corinealdi y el resto del reparto. En el aspecto técnico, cabe destacar la fotografía de Roberto Schaefer, quien reproduce la atmósfera de la época mediante la iluminación y la paleta de colores, y el elaborado montaje del equipo formado por John Axelrad y Kayla Emter. El diseño de producción resulta también de lo más acertado y engrandece la factura de esta película en apariencia pequeña. En suma, Miles ahead es un film exigente y arriesgado, que trata de asir a un músico tan inabarcable como Miles Davis. Sin duda, uno de los debuts más estimulantes de los últimos tiempos.