JUHA. 1999, Aki Kaurismäki

Dentro del jardín estructurado y coherente que es la filmografía de Aki Kaurismäki, también hay flores raras como Juha. La cuarta y última (hasta la fecha) de sus adaptaciones literarias, esta vez tomando como base la novela homónima de Juhani Aho, uno de los escritores finlandeses más reconocidos de finales del siglo XIX y principios del XX. Kaurismäki traslada al presente el melodrama romántico original y lo tiñe de comedia agria, dándole una forma atípica dentro de su obra: la de película muda, al estilo de las que producían los primeros estudios ocho décadas atrás. Juha está filmada en blanco y negro, con intertítulos para los diálogos e interpretaciones exageradas, más cerca de la pantomima que del hieratismo que suele caracterizar a los actores de Kaurismäki, quien aprovecha la libertad que ha gozado durante toda su carrera para satisfacer este capricho personal, de cinéfilo irredento.

Al igual que sucedía con muchas películas de aquel temprano periodo, Juha tiene un aire cándido que aquí se imposta para provocar humor. El director explota los clichés del género tanto en las imágenes como en el argumento: el guion narra la historia de un matrimonio convencional que se rompe por la aparición de un tercer personaje que encarna la pasión y la aventura, hasta que se descubren sus verdaderos propósitos. Una fábula de emociones intensas contadas con énfasis, como corresponde al canon que Kaurismäki logra recrear con exquisito cuidado. Los planos generales de inspiración pictórica, los primeros planos que potencian los sentimientos, la disposición de los personajes en el espacio para ilustrar las relaciones que les unen o les separan... una retórica heredada del pasado y cuyo artificio se redobla en la fotografía preciosista de Timo Salminen, que no desaprovecha el caramelo que le ofrece el director.

Y es que Juha es una película gozosa, que transmite la alegría del juego entre amigos. Kaurismäki vuelve a convocar a su plantel habitual en el que se encuentran Kati Outinen, Sakari Kuosmanen y André Wilms, muy bien arropados por la partitura musical de otro viejo conocido, el compositor Anssi Tikanmäki. La banda sonora de Juha dota de carácter al conjunto y conduce las situaciones con gran fluidez, mezclando el folclore con sonidos sinfónicos y modernos. A continuación pueden escuchar uno de los temas que suenan en el film, un ejemplo del clasicismo que Aki Kaurismäki revive con una mezcla de homenaje y premeditada ingenuidad. Que lo disfruten: