Destricted. 2006

Conviene estar prevenido antes de ver Destricted. En un primer momento, puede parecer una más de las numerosas películas integradas por capítulos con la firma de distintos directores, una fórmula que alcanzó su apogeo en los años sesenta. Sin embargo, en verdad consiste en una sucesión de piezas de videoarte en torno al sexo, más propicia para ser exhibida en galerías y en salas especializadas que en espacios convencionales. De hecho, algunos de los autores participantes están más vinculados a la expresión plástica y visual que a la narrativa del cine, un hecho que puede despistar al público en busca de morbo y alivio fácil. Sin duda quedarán decepcionados.
Una vez asumida la naturaleza del proyecto, cabe valorar cada segmento por separado, ya que en ellos se refleja la visión personal de sus creadores. En Destricted hay lugar para dimensiones variopintas: desde el folklore balcánico de Marina Abramovic hasta la provocación estroboscópica de Gaspar Noé, pasando por el documental pornográfico de Larry Clark o los film footage de Richard Prince y Marco Brambilla. En total son siete nombres provenientes de distintas disciplinas, cada uno de ellos poseedor de un lenguaje y unos códigos que es necesario conocer de antemano para no naufragar en el desconcierto. ¿Significa esto que Destricted es una obra destinada a eruditos sin rubores ni prejuicios? La respuesta es rotunda: sí. El motivo de que Destricted funcione mejor de manera individual que en conjunto es la falta de unidad más allá de la idea principal, incluso cuando el espíritu que recorre la película es el del experimento. A continuación se apuntan brevemente los segmentos del film:
Balkan erotic epic da inicio a la película y supone el episodio más acertado de todos. Abramovic realiza una mezcla de antropología, poesía y animación que cuenta con un acabado formal mucho más trabajado que sus compañeros de cartel. La artista serbia cuenta frente a la cámara algunas antiguas tradiciones de su país relacionadas con el sexo y la naturaleza, componiendo un mosaico donde se congregan las creencias populares y las leyendas.
Death Valley permite a la directora Sam Taylor-Johnson avanzar en el simbolismo de la obra, a través de un largo plano secuencia en el cual un caminante se detiene en mitad del paisaje yermo para intentar extraer su semen y verterlo en el suelo. No hay excitación en las imágenes, solo perseverancia y esfuerzo.
Hoist es el trabajo más críptico del film. Se trata de un vídeo-ensayo de Matthew Barney que explora las relaciones entre la materia y la carne, las máquinas y el ser humano, componentes de un mismo engranaje deteriorado que se activa con una finalidad imprecisa.
Impaled recrea la grabación de un casting de personas dispuestas a practicar el sexo frente a la cámara. Larry Clark es el responsable del fragmento más largo y explícito de Destricted, antecedente de un género pornográfico hoy en auge que proporciona un simulacro de realidad y de cercanía con el espectador. Aquí la intención artística es sustituida por el reportaje de entrevistas de apariencia amateur, seguido de la consabida escena sexual con los participantes seleccionados.
House call sirve a Richard Prince para recuperar secuencias de una producción erótica del pasado, cuya identidad es alterada mediante la distorsión de la imagen y el sonido.
Sync es un ejercicio de montaje de Marco Brambilla que también emplea imágenes de películas X para conformar un trepidante collage al ritmo de un solo de batería. Es la parte más corta de Destricted y con probabilidad la más satisfactoria. En apenas dos minutos de duración, se evidencia la reiteración de las imágenes de consumo erótico y el escaso margen de creatividad e innovación admitido por el público.
We fuck alone cierra la película con un retrato en paralelo de dos personajes que se satisfacen empleando objetos inanimados (una muñeca hinchable y un oso de peluche). Es una alegoría de la masturbación como refugio para calmar las pulsiones más ocultas y solitarias. La mirada en constante parpadeo de Gaspar Noé y su empleo del sonido crean una incomodidad alejada del placer, inquietante y que busca escandalizar de manera algo pueril.
En suma, la apreciación de Destricted depende de lo cercano que se esté a los postulados que proponen los distintos cineastas, ya que lo que se pretende es generar ciertos estímulos y evocaciones no aptas para quienes busquen una narrativa convencional. El problema reside en el formato. La visión completa de la película puede resultar extenuante y, al igual que sucede con las películas X, cae en la monotonía. Solo los trabajos firmados por Abramovic y Brambilla conservan el interés y mantienen su capacidad de persuasión dentro de un conjunto cuyo impacto se agota demasiado pronto. El resto de las piezas se extiende más de lo necesario, y solo tienen en común el afán de transgredir por medios un tanto fáciles y una heterogeneidad que termina desdibujando el resultado. Al final queda la sensación de haber desaprovechado la oportunidad de congregar a personalidades capaces de aportar sus discursos a una misma causa. En lugar de eso, cada cual va por su lado, lo que acaba dejando una sensación general de suficiencia y de haber cumplido con un trámite poco exigente.