EL ÚLTIMO HOMBRE SOBRE LA TIERRA. "The last man on Earth" 1964, Sidney Salkow y Ubaldo Ragona

Los caminos del escritor Richard Matheson y el actor Vincent Price se cruzaron en diversas ocasiones, dando lugar a una selección de títulos que exploraban las diferentes variables del terror. La mayoría de estas películas eran adaptaciones de Edgar Allan Poe que Matheson elaboraba por encargo de la productora Hammer, pero hubo una vez en la que ambos se reunieron para trabajar en una novela original de Matheson, El último hombre sobre la tierra, filmada en Italia en coproducción con los Estados Unidos. El resultado es uno de los trabajos más personales en la filmografía de ambos, una rareza que mezcla con habilidad el género de horror con el relato existencial.
Uno de los aciertos de la película es su concreción. Cuando se asiste a la primera escena, la historia ya ha comenzado tiempo atrás y el espectador se incorpora a un escenario distópico: los seres humanos han sido infectados por un virus que recorre el planeta convirtiendo a las personas en muertos vivientes, criaturas de naturaleza vampírica que salen por las noches a la caza de algún individuo sano. El único que parece inmune es el científico encarnado por Price, quien evita la extinción siguiendo una estricta disciplina de supervivencia mientras lucha también contra los dolorosos recuerdos de su familia desaparecida. El guion, escrito entre otros autores por el propio Matheson, no invierte tiempo en presentar el argumento porque las propias imágenes poseen gran expresividad. Los directores Sidney Salkow y Ubaldo Ragona crean la atmósfera adecuada y encuentran los emplazamientos de cámara más idóneos para generar emociones sin recurrir a alardes técnicos, ya que El último hombre sobre la tierra maneja un presupuesto ajustado y entra en esa categoría de films de serie B que sustituye la abundancia por la inventiva. Para ello se cuenta con una fotografía en blanco y negro que acentúa los elementos dramáticos y la profundidad de los espacios, además de una puesta en escena concisa y eficaz.
El hecho de que firmen la película dos directores se debe a que se hizo una doble versión para los Estados Unidos e Italia, aunque cabe suponer que fue Salkow quien llevó las riendas puesto que contaba con experiencia suficiente, al contrario que Ragona. En cualquier caso, ambos saben que el nombre a destacar es el de Price y construyen el conjunto en torno a él. La personalidad del actor, sus gestos y su compostura llenan la pantalla y permiten que el público se involucre en la trama, la cual alterna las situaciones presentes con los flashbacks para ilustrar la tragedia del personaje. De esta manera, su soledad y el enfrentamiento con la memoria es mucho más intenso que el asedio de los monstruos, un hecho que separa esta primera adaptación del libro de las dos posteriores de 1971 y 2007, cuyo aumento de espectacularidad y violencia es inversamente proporcional a la calidad que obtienen.
En suma, El último hombre sobre la tierra es una deliciosa extravagancia que aprovecha al máximo la escasez de recursos económicos en favor de potenciar un ambiente muy determinado que congrega el miedo, el drama y el dilema ético acerca de qué supone ser diferente en una sociedad que tiende siempre a la uniformidad. Todo ello a mayor gloria de Vincent Price, responsable de que la película adopte la profundidad de una odisea íntima y fascinante.
A continuación se puede El último hombre sobre la tierra en condiciones aceptables. Que la disfruten: