TODOS VOSOTROS SOIS CAPITANES "Todos vós sodes capitáns" 2010, Oliver Laxe

La experiencia vital de Oliver Laxe está íntimamente unida a la cinematográfica, es un periplo que comienza en París y recala en La Coruña, Barcelona, Londres... lugares donde va adquiriendo formación y elaborando un estilo siempre en proceso que dura hasta hoy. Una de estas ciudades es Tánger, allí da forma al proyecto de crear un taller de cine para niños magrebíes sin recursos con los que filma Todos vosotros sois capitanes, su primer largometraje.

Al igual que sus anteriores trabajos cortos, Laxe rueda en blanco y negro con una cámara de 16 mm, en escenarios naturales y sin actores profesionales. La película opta por la inmediatez y por un modelo productivo de guerrilla, con un equipo de filmación muy limitado que captura imágenes crudas, a medio cocinar. El conjunto se podría clasificar dentro de ese cine pobre al que aludía Humberto Solás en su manifiesto de 2001, en el cual predomina el naturalismo sobre el artificio, y la estética está siempre sometida al aquí y al ahora. Esto no quiere decir que Laxe no emplee los recursos de la ficción para contar una historia en la que él mismo participa como personaje principal ya que, tratándose de un documental, hay una elaboración en la puesta en escena y en la recreación de situaciones.

En este sentido, Todos vosotros sois capitanes contiene un giro decisivo en la trama cuando los jóvenes deciden continuar la película prescindiendo de Laxe, acusándole de ser demasiado intrusivo y de querer instrumentalizarles. El director desaparece entonces de la pantalla y el film toma otro rumbo, más abierto a los paisajes, con un ritmo distinto... y en el que los verdaderos protagonistas del relato se erigen como capitanes. La película adquiere así categoría de ensayo, porque propone al espectador reflexiones (implícitas, nunca directas) en torno al ejercicio narrativo y la naturaleza del cine.