LOS VALIENTES ANDAN SOLOS. "Lonely are the brave" 1962, David Miller

Aunque su nombre no suele figurar en los libros de cine, David Miller tiene en su haber un puñado de películas estimables entre las que destaca Los valientes andan solos. Un western tardío que Dalton Trumbo adapta de la novela de Edward Abbey, con Kirk Douglas como protagonista. El carisma del actor influye delante y detrás de la cámara, ya que Douglas fue además productor ejecutivo del film, lo cual multiplica la energía del resultado. Cada uno de sus gestos y palabras rebosan el encuadre y atraviesan la mirada del espectador porque Douglas, más que un intérprete, es una fuerza de la naturaleza difícil de domeñar. En eso consiste su personaje: un cowboy que trata de conservar su integridad en un mundo donde los viejos usos del Oeste ya no tienen cabida.

La labor de Miller como director trata de que todo alrededor de Douglas incida en esta misma idea, tanto en el aspecto visual como en el desarrollo de la historia. El énfasis de las imágenes de Los valientes andan solos ilustra bien el carácter del héroe: hay verdadera pulsión en la planificación y el montaje, una puesta en escena muy dinámica que incluye variedad de puntos de vista y movimientos de cámara (no siempre justificados). Algo a lo que también contribuye la fotografía en blanco y negro de Philip H. Lathrop, enriquecida de matices y con una profundidad de campo que dota de belleza tanto los decorados interiores como los paisajes abiertos. El film está dividido en dos partes bien diferenciadas, la primera transcurre mayormente en escenarios urbanos (salvando la presentación del protagonista) y la segunda en emplazamientos naturales, un contraste que señala el conflicto entre el mundo civilizado y el salvaje, entre el sistema y el individuo. Por eso cabe ver la película como una perfecta representación de ese espíritu norteamericano que promueve la autonomía de las personas para construir su futuro, siempre que acaten un sistema de valores que ciñe los márgenes de su emprendimiento. Estos valores son normativos pero a veces también son morales e ideológicos, una pugna que mantiene el personaje de Kirk Douglas con los de Walter Matthau, George Kennedy y Gena Rowlands.

Otro tema fundamental de Los valientes andan solos es la lealtad que se practica con los demás y con uno mismo, el compromiso que se adquiere por decisión personal o por imperativo profesional. El guion lo deja claro tanto como la dirección de Miller, hay recursos narrativos que lo certifican: la relación entre el protagonista y su caballo, o con la mujer del amigo (que tanto recuerda a la de Centauros del desierto) e incluso con los antagonistas, con quienes coincide en un desenlace demoledor que deja un regusto amargo en el público. La música de Jerry Goldsmith termina de redondear el conjunto de esta película sobresaliente que desprende emoción y talento, punto culminante en la trayectoria de David Miller y ejemplo perfecto de cine fronterizo. No solo por las localizaciones en Albuquerque, Nuevo México, sino por el límite entre épocas y géneros que distingue la tradición de la modernidad, el western y el thriller, la sumisión y la libertad.

A continuación pueden escuchar el tema principal de la banda sonora compuesta por Goldsmith, uno de sus primeros trabajos importantes para el cine. Relájense y disfruten: