CAPITÁN PHILLIPS "Captain Phillips" 2013, Paul Greengrass

Antes de cerrar la tetralogía de Jason Bourne, el director Paul Greengrass realiza uno de sus característicos dramas de acción basado, al igual que Bloody Sunday United 93, en un suceso real. Capitán Phillips narra el secuestro de un carguero norteamericano a manos de unos piratas somalíes, visto a través del personaje que da título al film. Un relato contado con garra y emoción, en el que Greengrass despliega sus señas de identidad: un estilo visual con referencias al documental, interpretaciones realistas y un montaje de ritmo veloz.
El encargado de que la historia verídica adquiera visos de ficción es Billy Ray, guionista experimentado en el género que desarrolla el primer acto a velocidad de crucero. No es broma: el planteamiento se establece con rapidez y el protagonista apenas requiere unas pocas pinceladas para ser presentado, una virtud al alcance de un actor del carisma de Tom Hanks. Sin embargo, la estricta funcionalidad con la que avanza la historia a veces provoca escenas algo postizas, como la conversación del matrimonio al principio, camino al aeropuerto. Un diálogo cuyo objetivo es demasiado evidente: dejar que los personajes se expliquen a través de sus palabras y no de sus acciones, verbalizando lo que no se muestra en pantalla. Estos detalles aislados no afectan al conjunto ni contradicen la fisicidad de la película, esencial a la hora de entender la relación del espacio con los personajes y consigo mismos. Algo parecido sucedía en El tren del infierno o Jungla de cristal, con la diferencia de que las maneras de Greengrass siempre tienden a un verismo heredado del documental, con zooms precipitados y planos que se reencuadran ante los ojos del espectador. Son movimientos de cámara que parecen espontáneos y que transmiten la urgencia y la inmediatez de estar allí, en medio de los acontecimientos y bajo la influencia del lenguaje informativo de televisión. Greengrass domina estos códigos y los pone en práctica con control y mesura, ya que se trata de una producción de Hollywood con una gran estrella al frente.
Tom Hanks borda el papel de hombre corriente enfrentado al peligro, es una de sus especialidades y aquí la resuelve muy bien gracias, en parte, al elenco de actores desconocidos o debutantes que le rodea. Todos aportan credibilidad y contribuyen a que Capitán Phillips alcance sus aspiraciones de entretener al público introduciendo oportunas reflexiones en torno a la ambición, el compromiso, la responsabilidad y otros rasgos de naturaleza humana. Sin embargo, también hay cuestiones que deslucen el resultado e incurren en lugares comunes. Las más llamativas se producen en el tercer acto, con la poco disimulada promoción de las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos, un moderno Séptimo de Caballería recuperado de los clásicos del western que irrumpe con todo su arsenal para solucionar los apuros del héroe en el último tramo, antes de que acontezca la derrota. Esto hace que el segmento final se dilate más de lo debido y que el público asista al desenlace tan extenuado como el protagonista, poniendo en riesgo el equilibrio de la película. Por fortuna, el pulso firme de Paul Greengrass y el oficio de Tom Hanks ennoblecen este espectáculo vigoroso y palpitante.
A continuación, uno de los temas que integran la banda sonora compuesta por Henry Jackman. Relájense y disfruten: