EL REY. "The King" 2017, Eugene Jarecki

Uno de los conceptos más arraigados en la cultura estadounidense es el conocido como sueño americano, esa idea algo cándida que se resume en que cualquier persona puede alcanzar sus ideales con voluntad y perseverancia. Bonitas palabras, fáciles de asimilar por una sociedad que siempre ha necesitado referentes que encarnen esta aspiración, figuras míticas como Elvis Presley. Su historia relata el devenir de un niño pobre que llegó a convertirse en la estrella más relumbrante de la música popular, con tal éxito que se permitió excentricidades como comprarse, en 1963, un Rolls-Royce Phantom. Sesenta años después, el documentalista Eugene Jarecki se sube al mismo automóvil con la misión de establecer una analogía entre la vida del Rey del Rock y la evolución de los Estados Unidos durante las últimas décadas. Esta premisa sirve para ilustrar las contradicciones del sueño americano en forma de parábola, siguiendo la estructura narrativa clásica del ascenso/caída/redención.
A través de un estilo muy dinámico que otorga gran importancia al montaje, Jarecki intercala el abundante material de archivo proveniente del cine, la televisión y los conciertos con imágenes nuevas, grabadas con esmero a largo de un recorrido que parte de Tupelo (localidad natal de Elvis) y finaliza en Graceland (la mansión situada en Misisipi donde falleció). El Rey se aparta de las convenciones del documental biográfico y mezcla la road movie con el ensayo sociopolítico, el espectáculo musical y la reflexión sobre el mundo del show business, todo ello bien batido y presentado bajo una producción muy cuidada que cuenta con nombres tan variopintos como Rosanne Cash o Steven Soderbergh.
La lista de quienes aportan su testimonio a la película también es amplia y diversa, con caras conocidas del panorama cinematográfico (Ethan Hawke, Alec Baldwin, Mike Myers, Ashton Kutcher), musical (Chuck D, Emmylou Harris), además de analistas políticos y personas anónimas que completan el mosaico de El Rey. Debido a que se trata de un documental itinerante, muchos de los que participan lo hacen montados en el coche o en las inmediaciones, alternando el formato de entrevista convencional con grabaciones más frescas e improvisadas. La habilidad de Eugene Jarecki consiste en dar forma al material acumulado con coherencia, reflexión y entretenimiento, tres palabras que definen bien el conjunto. En suma, un film que recorre el paisaje geográfico y humano del país que ha sido capaz de generar a Elvis Presley pero también a Donald Trump, dos modelos contrapuestos de seres hechos a sí mismos que materializan la cara y la cruz de esa extraña entelequia que es el sueño americano, a veces convertido en pesadilla.