SORRY WE MISSED YOU. 2019, Ken Loach

El cine de Ken Loach tiene la virtud de poner caras y nombres a las cifras que aparecen en los informativos. Así los números no son solo números, son personas como Billy Casper, Maggie Conlan, Joe Kavanagh, Daniel Blake... a los que se une Ricky Turner, protagonista de Sorry we missed you y figura catalizadora que sirve a Loach para señalar los desajustes del sistema socioeconómico británico (que son, por extensión, los de buena parte de Europa). Ricky es repartidor en una empresa de paquetería y transporte, un oficio cada vez más presente en el actual modelo de consumo, quien resulta víctima de esa práctica consistente en hacer pasar a los empleados por "falsos autónomos", infringida por algunas agencias cuyo margen de beneficios es inversamente proporcional al de sus escrúpulos.
Loach ilustra en su cine la idea de que la política tiene incidencia en lo colectivo pero también en el individuo, mostrando las consecuencias que las desigualdades laborales acarrean a una familia de clase obrera. La denuncia se conjuga con el drama y gana efectividad, el documental se convierte en ficción en manos del guionista Paul Laverty para obtener una reacción que conmueve al público desde la sobriedad, sin recurrir a trucos impactantes. Los personajes de Sorry we missed you forman parte de un ecosistema que lucha día a día para llegar a fin de mes: la mujer que ejerce de cuidadora en domicilios de personas dependientes, el hijo adolescente que no encuentra estímulos a su creatividad en los estudios, la hija siempre sola a la espera de que sus padres puedan conciliar el trabajo con la vida doméstica... La acusación que practica Loach no se queda solo en el ámbito privado sino que se expande indirectamente a las legislaciones públicas que posibilitan estos desmanes y a los gobernantes que los amparan con su inacción. Es, por lo tanto, cine combativo y militante, como sucede con toda la obra del director.
Para que estos argumentos se sostengan hace falta credibilidad, algo que Sorry we missed you posee gracias a las interpretaciones de los actores no profesionales, capaces de una naturalidad que atraviesa la pantalla y hace mella en el espectador. La empatía es el efecto especial que luce la película y que permite que el público no se sienta agraviado por las desdichas filmadas por Loach, dueño de un estilo comedido y funcional que se sitúa a la altura de los personajes, sin retórica visual ni imágenes que no busquen otra cosa que reflejar cada situación de forma realista. Este es el propósito de los elementos técnicos y artísticos que integran el conjunto, y el máximo valor que ofrecen para dar testimonio de los desastres de una época que Ken Loach reprueba con su cámara incisiva. Quienes no quieran verlo, que dejen descansar sus conciencias y miren hacia otro lado.