JOSEP. 2020, Aurel

No es necesario ser dibujante para contar la vida de otro dibujante. Sin embargo, es difícil alcanzar el mismo grado de emoción y honestidad que consigue el autor de cómics Aurel al narrar la biografía de Josep Bartolí, el artista catalán que logró sobrevivir a diferentes campos de concentración durante la II Guerra Mundial. En realidad, Josep no recorre todo el periplo vital de Bartolí, sino algunos momentos determinados de la relación de complicidad que mantiene con un guarda francés del bando opuesto. El punto de vista de este personaje es el que conduce el guion de Jean-Louis Milesi, escritor comprometido que ha demostrado su militancia en las películas de Robert Guédiguian y que aquí se estrena en el cine de animación.

Tanto el texto como las imágenes de Josep se adentran en el terreno del recuerdo y la ensoñación para aliviar el intenso drama que describe Aurel, un alegato en favor de la memoria histórica y del arte como defensa contra al horror. Los dibujos de Bartolí salpican la trama y revelan a un autor único, que merece ser conocido. Solo por eso hubiera valido la pena hacer este film, aunque también hay otros méritos que lo engrandecen: para empezar, el aprovechamiento de unos recursos limitados a nivel técnico que convierte las carencias en un rasgo de estilo pleno de expresividad. Es cierto que, en ocasiones, da la impresión de estar asistiendo a un animatic (storyboard en movimiento) más que a un resultado acabado. Pero también es verdad que esta imprecisión parece justificada por el carácter evocador del relato, siempre en construcción como la memoria del protagonista, en la que los tiempos pasado y presente se intercalan empleando soluciones visuales bastante imaginativas.

La estética de Josep resulta bella en su sencillez y contiene un gran sentido plástico. Además, el placer sonoro se suma al visual gracias a la música de Sílvia Pérez Cruz, representante española de una coproducción que implica también a Francia y Bélgica. Es significativo que los tres países se hayan involucrado en esta película capaz de extraer humanidad de unos hechos terribles y de arrojar luz en mitad de un escenario trágico, convocando a figuras como Frida Kahlo o Miguel Hernández. Junto a ellos brilla el nombre de Josep Bartolí, quien cobra vida en la pantalla con apenas unas pocas líneas y la voz ajustada del actor Sergi López. En resumen, Josep es una pequeña obra con grandes aspiraciones: tratar de que no se olvide la gesta de los que lucharon por la libertad y la concordia, y reivindicar el poder sanador del arte.