EL DIABLO A TODAS HORAS. "The devil all the time" 2020, Antonio Campos

Después de un lustro dedicado a la ficción televisiva, Antonio Campos retoma el formato de largometraje adaptando una novela negra escrita por Donald Ray Pollock. El diablo a todas horas recrea la antítesis del sueño norteamericano que fructificó en la década dorada de los cincuenta, en plena época de expansión económica. Una bonanza que no afectó a todos por igual: la primera secuencia sitúa al espectador en una pequeña localidad de Ohio donde la prosperidad y el desarrollo son sustituidos por las costumbres y la religión. Sus vecinos son seres resignados que guardan obediencia a Dios, mientras los más espabilados medran mediante delitos y corruptelas. En este ambiente asfixiante, surgen personajes con múltiples contradicciones: excombatientes que tratan de incorporarse a la vida civil, religiosos con afán de protagonismo, camareras en busca de oportunidades... todos ellos cubiertos por una fe espesa y opaca, como una brea que les hubiera caído del cielo.

Campos no escatima detalles y construye un relato duro y seco, cuya agresividad se manifiesta en ocasiones de manera física pero que está presente en todo momento en la moralidad de los personajes. Se trata de un film hosco que a veces puede provocar rechazo. El noir no está hecho para agradar, al contrario: trata de incomodar mostrando las miserias del ser humano mediante historias en las que reconocernos. A pesar del tiempo transcurrido, hay muchas cosas que siguen vigentes en los Estados Unidos de hoy: la inmunidad de los poderosos, la injerencia de la iglesia en los asuntos privados, las desigualdades sociales... el guion escrito por el propio director junto a su hermano, Paulo Campos, adopta cierto distanciamiento gracias al humor negro que permite digerir lo truculento de la trama y a la voz en off de Ray Pollock, que ejerce de hilo conductor a lo largo de un relato fragmentado en tiempos y escenarios. Los elementos aparentemente dispersos se ensamblan en el tercer acto creando una unidad de conjunto y un mensaje inequívoco: hay muchos hijos de puta ahí fuera. Estas palabras son expresadas con años de diferencia por el padre y el hijo interpretados por Bill Skarsgård y Tom Holland. Personajes, al igual que el resto, marcados por la fatalidad.

Hay muchos otros actores: Sebastian Stan, Eliza Scanlen, Jason Clarke, Robert Pattinson... quienes encarnan de manera episódica la variedad de caracteres que atraviesan la historia. Todos ellos cumplen su cometido con convicción, en un tono que busca credibilidad pero no realismo. El diablo a todas horas participa en la tradición de ese gótico americano que contiene crítica, ironía y retrato de costumbres, elementos que Antonio Campos refleja en la pantalla por medio de una puesta en escena sugerente e inspirada. En suma, se trata de un vigoroso ejercicio de estilo que aprovecha el cuidado diseño de producción y la fotografía siempre fría de Lol Crawley para transmitir la atmósfera adecuada, al igual que la música compuesta por Danny Bensi y Saunder Jurriaans, capaces de aunar sencillez y expresividad. A continuación pueden escuchar uno de los temas incluidos en la banda sonora. Relájense y disfruten: